¿Reparar o sustituir? La decisión clave para sus lucernarios y claraboyas para naves industriales

claraboya

Imagínese su nave industrial. La luz natural que se filtra a través de la cubierta no es un simple detalle, es el motor silencioso que impulsa la productividad, garantiza la seguridad y reduce drásticamente los costes operativos. Pero, ¿Qué ocurre cuando ese motor empieza a fallar? Con el tiempo, los lucernarios y claraboyas se deterioran, transformando lo que era un activo en un riesgo latente.

Esta no es solo una guía sobre cómo cambiar una pieza de la cubierta. Es un análisis estratégico para entender por qué la correcta gestión de la iluminación cenital es una de las decisiones más rentables que puede tomar para sus instalaciones. En Hostec.es, queremos compartir nuestra experiencia para ayudarle a proteger y potenciar su negocio.

En las conversaciones diarias dentro del sector industrial, es común que los términos «lucernario» y «claraboya» se usen de forma intercambiable. Aunque ambos tienen el objetivo final de iluminar, es útil conocer el matiz. El lucernario suele ser un término más técnico, que se refiere a soluciones integradas en la propia estructura de la cubierta, como las placas translúcidas que siguen el perfil de un panel sándwich. Por otro lado, la claraboya es el término más popular y a menudo se asocia con elementos prefabricados, como las clásicas cúpulas parabólicas que se instalan sobre una apertura en el techo.

claraboyas con cupula parabolica

La necesidad de una intervención a menudo se manifiesta de forma sutil al principio. Quizás note que el interior de la nave ya no es tan luminoso, obligándole a encender las luces artificiales antes. Este oscurecimiento se debe a que el material, con los años, adquiere un tono amarillento y opaco, perdiendo su capacidad de transmisión lumínica. Fíjese también en el detalle: la presencia de fisuras, grietas o una tornillería oxidada son precursores de problemas mayores. La señal inequívoca, por supuesto, son las manchas de humedad o goteras en el interior, un indicativo claro de que la estanqueidad se ha perdido y la cubierta está en riesgo.

Una de las decisiones clave en una sustitución es el material. No todos los lucernarios son iguales. El poliéster reforzado con fibra de vidrio ha sido una opción tradicional, pero con el tiempo tiende a amarillear y volverse quebradizo.

Hoy en día, el policarbonato celular se ha consolidado como la opción superior para la mayoría de aplicaciones industriales. Su estructura de celdas internas no solo le confiere una resistencia al impacto muy superior, sino que también ofrece un excelente aislamiento térmico. Además, cuenta con una protección UV eficaz que garantiza una transparencia duradera y evita el envejecimiento prematuro. Elegir el material adecuado es el primer paso para una inversión inteligente.

Considerar la sustitución de lucernarios únicamente como un coste de mantenimiento es un error. En realidad, es una inversión con un retorno claro y medible. Al instalar lucernarios de policarbonato modernos, el ahorro en la factura eléctrica es inmediato y sustancial, al poder prescindir de la iluminación artificial durante más horas. Además, se eliminan los costes imprevistos asociados a las reparaciones de emergencia por goteras, que pueden causar paradas en la producción y daños a maquinaria o stock. Por último, un espacio de trabajo mejor iluminado y más seguro tiene un impacto directo en la productividad y el bienestar del equipo, un beneficio intangible pero de enorme valor.

Entendemos que cada nave es única. Por ello, nuestra gama de soluciones abarca desde lucernarios diseñados para integrarse con el perfil específico de una cubierta de chapa simple (desde 54 €/m²), hasta sistemas compatibles con panel sándwich (desde 58 €/m²), que garantizan la máxima luminosidad sin comprometer el aislamiento. Ofrecemos diseños para cubiertas curvas (desde 56 €/m²) e incluso lucernarios verticales para fachadas (desde 42 €/m²). Para necesidades específicas, disponemos de claraboyas con cúpula (desde 420 €) y, por supuesto, de exutorios (desde 690 €), elementos de seguridad cruciales para la evacuación de humos en caso de incendio.

La seguridad no es negociable. La instalación de lucernarios está estrictamente regulada por el Código Técnico de la Edificación (CTE) y el Reglamento de Seguridad Contra Incendios en Establecimientos Industriales (RSCIEI). Estas normativas exigen que los materiales tengan una clasificación mínima de reacción al fuego Bs1d0, que limita su contribución a un incendio y la emisión de humos. También establecen distancias de seguridad a linderos para evitar la propagación del fuego. Nuestro compromiso en Hostec.es es absoluto: cada proyecto que ejecutamos cumple rigurosamente con la legislación vigente. Nos encargamos de la complejidad técnica para que usted tenga total tranquilidad.

Puede consultar la normativa oficial en el Documento Básico SI del CTE.

Cuando contacta con Hostec, activa un proceso diseñado para la eficacia y la transparencia. Primero, nuestro equipo técnico le asesora para entender sus necesidades. A continuación, realizamos una inspección exhaustiva en sus instalaciones para evaluar el estado de la cubierta y proponer la mejor solución. Recibirá una propuesta detallada y sin sorpresas, explicando los materiales, procedimientos y plazos. Finalmente, nuestro equipo de instaladores cualificados ejecuta el trabajo con la máxima precisión y seguridad, garantizando un resultado impecable y duradero.

En definitiva, la gestión de los lucernarios de su nave es una decisión estratégica. Se trata de apostar por la eficiencia, la seguridad y la productividad. Se trata de ver la luz no como un gasto, sino como la inversión que realmente es.


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