Fachada SATE: aislamiento, precios y cuánto puedes ahorrar de verdad

El SATE, o Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior, se ha convertido en una de las soluciones más recomendadas para rehabilitar fachadas y mejorar la eficiencia energética de edificios. No se trata solo de poner un revestimiento: hablamos de un sistema que actúa como un abrigo para el edificio, capaz de reducir las pérdidas de energía, mejorar el confort interior y transformar por completo la estética.

En Hostec ofrecemos fachadas SATE desde 80 €/m² como precio orientativo. Pero antes de hablar de números conviene entender qué es exactamente, cómo funciona y, lo más importante, qué resultados ofrece en la práctica.

El SATE en fachadas consiste en colocar placas aislantes por el exterior del muro (EPS, lana mineral, corcho, entre otros materiales), fijarlas mecánica o químicamente y recubrirlas con mortero reforzado y un acabado final decorativo.

La lógica es sencilla: si envuelves el edificio por fuera, eliminas los puentes térmicos (zonas por donde se escapa el calor), proteges la estructura frente a la intemperie y, además, no pierdes espacio en el interior. Es como ponerle un abrigo térmico a tu casa, uno que funciona en invierno y en verano.

El precio de una fachada con SATE suele empezar en torno a los 80 €/m², aunque depende de varios factores: el material aislante, el espesor elegido, el tipo de acabado y las condiciones de la obra.

Un espesor de 40 o 50 mm puede ser suficiente en climas templados, pero si buscas un ahorro energético máximo conviene subir a 80 o incluso 100 mm. Cuanto mayor sea el grosor, más baja será la transmitancia térmica, es decir, menos calor se escapará por la fachada.

Aunque la inversión inicial pueda parecer elevada, el retorno es rápido. Según estudios técnicos, el ahorro en calefacción y climatización puede alcanzar el 30–40 %, lo que significa que el sistema se amortiza en pocos años y a partir de ahí todo son beneficios.

Muchas veces se habla de las ventajas del SATE en teoría, pero ¿cuánto se nota en la práctica? Un estudio realizado en Madrid sobre la rehabilitación de un edificio de los años 50 lo demuestra con cifras claras.

Antes de aplicar el sistema SATE, la fachada tenía una transmitancia térmica de 1,54 W/m²K, lo que significa que perdía calor con muchísima facilidad. Tras la rehabilitación, esa transmitancia bajó a 0,39 W/m²K, es decir, una mejora del 75% en aislamiento.

La diferencia no fue solo técnica, también se sintió dentro de las viviendas. En invierno, la superficie interior de la fachada original bajaba a 15–17 ºC, lo que obligaba a mantener la calefacción encendida constantemente. Con el SATE, la temperatura interior se estabilizó en torno a los 22–23 ºC, ofreciendo un confort térmico muy superior y reduciendo de forma inmediata el gasto energético.

En palabras sencillas: gracias al SATE, ese edificio necesitaba menos energía para mantener una temperatura agradable y al mismo tiempo mejoraba la calidad de vida de sus ocupantes. Este tipo de resultados se repite en proyectos similares, lo que confirma que el sistema no es solo un revestimiento estético, sino una herramienta clave en la lucha contra el despilfarro energético.

El SATE no solo es aislamiento. También permite renovar la estética de la fachada con múltiples acabados. Desde revocos acrílicos en distintos colores hasta opciones más premium como piedra o cerámica, el abanico es amplio.

Un SATE con acabado piedra puede dar un aspecto elegante y atemporal, mientras que un revoco liso coloreado ofrece una imagen moderna y homogénea. En rehabilitaciones, el cambio entre la fachada original y la fachada SATE antes y después es espectacular: el edificio gana eficiencia, valor y un aspecto renovado en una sola intervención.

Como cualquier sistema constructivo, el SATE exige una ejecución correcta. Los problemas más habituales —grietas, manchas de humedad o desprendimientos— casi siempre se deben a mala instalación o a no respetar los detalles constructivos SATE en esquinas, juntas y ventanas.

La clave está en elegir materiales certificados y un equipo especializado. Cuando se instala correctamente, el SATE ofrece una durabilidad de décadas con un mantenimiento muy bajo, limitado a limpiezas puntuales y pequeñas revisiones del revestimiento.

Es una de las comparaciones más habituales. La fachada ventilada incorpora una cámara de aire entre el aislante y el revestimiento, lo que mejora la transpiración y la evacuación de humedad. Pero también implica mayor complejidad y coste de ejecución.

El SATE, en cambio, ofrece una relación calidad-precio más ajustada. Con un coste desde 80 €/m² y un potencial de ahorro energético probado, es la elección más común en viviendas y rehabilitaciones urbanas. La fachada ventilada suele reservarse para proyectos de alta gama o con necesidades específicas de diseño.

Si quieres profundizar en esta alternativa, te recomendamos nuestro artículo sobre qué es una fachada ventilada.

Instalación de un Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior SATE

El sistema SATE para fachadas no es solo una capa aislante: es una solución integral que aísla, protege y embellece al mismo tiempo.

En Hostec llevamos años instalando fachadas SATE en Barcelona y alrededores, con materiales certificados y un equipo especializado para garantizar el mejor resultado.


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